Un nuevo estudio ha encontrado que durante el encierro los síntomas de trastornos de la conducta alimentaria en empeorado en personas con un historial de estos desórdenes.
La investigación publicada en el Journal de Desórdenes Alimentarios eleva las alarmas acerca de los efectos de la pandemia en el detrimento de la salud mental de las personas y pudiera ser un valioso punto de partida en el desarrollo de servicios de salud en el futuro.
COVID 19, la enfermedad causada por el Nuevo coronavirus ha hospitalizado a cientos de miles de personas en todo el mundo y ha causado un significativo número de muertes.
Sin embargo, la pandemia y las medidas de emergencia para responder ante ella, han tenido un impacto significativo en la salud mental.
Distanciamiento social perjudicial
Para ralentizar la diseminación del COVID 19, los gobiernos alrededor del mundo introdujeron varias medidas de emergencia que incluyen algún grado de distanciamiento social y confinamiento.
Mientras estas medidas de confinamiento han sido cruciales en la reducción del contagio y han salvado vidas, además han sido profundamente disruptivas tanto para los individuos como para la sociedad.
Las rutinas diarias han cambiado de la noche a la mañana, las personas han debido acostumbrarse al teletrabajo desde casa, muchos han sido despedidos o suspendidos de sus labores.
Las personas que viven con familiares y amigos han podido mantener la socialización cara a cara. Sin embargo, las personas que viven solas o con extraños sólo han podido ver a sus familiares y amigos de forma virtual, a través de la tecnología.
Así como sabemos que el virus afecta a la salud física, nos ha quedado claro que toda esta situación puede afectar la salud mental, aunque no lo haga con todas las personas de la misma forma.
La pandemia ha tenido un efecto negativo de forma general en la salud mental. Por ejemplo, un artículo en The Lancet encontró que, en el Reino Unido, la salud mental ha sido peor desde que comenzaron las medidas de distanciamiento social y cuarentena. Los autores descubrieron que la gente joven, las mujeres, y aquéllas personas quienes viven con niños pequeños están particularmente afectados.
Sin embargo, los expertos conocen menos de los efectos de la pandemia sobre personas previamente diagnosticadas con trastornos que afectan su salud mental.
Desórdenes alimentarios
En el presente estudio, los investigadores quisieron explorar los efectos de la pandemia en personas que han experimentado un trastorno de la conducta alimentaria.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental, los desórdenes alimentarios incluyen:
- Anorexia: cuando una persona percibe que tiene sobrepeso y está por debajo de su peso saludable.
- Bulimia: cuando una persona come incontrolablemente cantidades significativas de alimentos y luego se induce el vómito o consume laxantes para lidiar con la culpa.
- Trastorno por atracón: cuando una persona pierde el control sobre la habilidad de parar de comer, esto suele producir sobrepeso u obesidad.
A principios de abril, dos semanas después del inicio del confinamiento estricto en Reino Unido, los investigadores reclutaron 153 personas a través de las redes sociales para formar parte de una encuesta. Estos participantes debían ser residentes de Reino Unido, mayores de 16 años de edad, haber experimentado desórdenes alimentarios, y estar en proceso de recuperación.
Después de excluir a las personas que no cumplieran estas condiciones, quedan 129 participantes entre los 16 y los 65 años de edad. De éstos 93,8% fueron mujeres.
En total. 62% se describieron como personas que padecían en ese momento el trastorno alimentario; 62% había estado en recuperación al menos por entre 3 meses y un año, y 25,6% había estado en recuperación por más de un año.
El cuestionario incluyó preguntas cerradas y abiertas acerca de los efectos sociales del encierro, el uso de internet del participante, su conducta alimentaria y sus hábitos de actividad física, así como el impacto general de la pandemia sobre su desorden alimentario.
Empeoramiento de los síntomas
Los investigadores encontraron que un 87% de los participantes expresaron que los síntomas de su desorden alimentario habían empeorado, mientras que un 30% reportaron que sus síntomas estaban mucho peores.
Los participantes expresaron que la pandemia tuvo un efecto negativo significativo en su bienestar psicológico. Ellos reportaron sentirse menos en control y las aislados socialmente. Además experimentaron más rumiación – pensamientos intrusivos – acerca de su trastorno alimentario y se sintieron menos apoyo social.
Los investigadores creen que los catalizadores para estos sentimientos incluyen:
- Cambios en su rutina diaria.
- Su situación de vida.
- La cantidad de tiempo que pasan con familiares y amigos.
- Su acceso al tratamiento.
- La cantidad de actividad física que practican.
- Su relación con la comida.
- Cuántas horas pasan en internet.
Lecciones para aprender
Los investigadores expresaron que sus hallazgos dejan claro el valor del apoyo social en la reducción del estrés; además enfatizaron los efectos negativos de las discusiones acerca de la comida y el ejercicio en las redes sociales en las personas con trastornos de la conducta alimentaria y la necesidad de campañas comunicacionales nacionales para personas con trastornos de la conducta alimentaria, así como los efectos perjudiciales de larga duración del confinamiento en personas que han experimentado trastornos de la conducta alimentaria.
Los autores hicieron un llamado a los expertos para prestar atención a minimizar el aislamiento social durante futuros confinamientos, así como elaborar mensajes acerca de que tanto el ejercicio como la alimentación son actividades donde debemos concentrarnos en el momento presente con una actitud consciente (mindful) para minimizar la ansiedad, esto es especialmente beneficioso para aquéllos quienes han padecido desórdenes alimentarios. Ellos además sugirieron que debe haber recursos disponibles para ayudar a estas personas a manejar los efectos negativos de la pandemia, los cuales deben extender sus alcances a una atención a largo plazo.
Con información de Medical News Today